Partió una de las mejores personas, una amiga de la
LSR, una irremplazable de la lucha revolucionaria.
El dolor es muy grande. Seguramente abundarán los
saludos, las referencias, los recuerdos hacia ella, todos holgadamente
merecidos.
Sepamos quién se fue. Constructora del Partido
Socialista de los Trabajadores, luego del MAS. Fue quién en los 90 dirigió
"de punta a punta" el conflicto contra el cierre del Banco Mayo, del
cual era su delegada general, y junto a ella estuvieron en la pelea varios
reconocidos compañeros bancarios (uno de ellos, Jorge Mario Ramón). La
garra, la valentía y su intransigencia fueron claves para conseguir que ni uno
solo de sus compañeros quedara afuera. Enemiga visceral de la patronal y de la
burocracia, militante incondicional de la lucha obrera.
Junto a ella, a Nora Zaldua, a su compañero el
"Negro” Robles, al cumplirse los primeros 20 años de la masacre comenzamos
a homenajear en La Plata a los compañeros del PST asesinados por la Triple A en
el año 1975 (entre las cuales se encontraba su hermana Adriana). Por ese camino
repetimos la experiencia cinco años después y, sucesivamente, hasta conformar
la Comisión por Memoria y Justicia de la Masacre de La Plata que conmemoró, con
la participación de casi todos los familiares y la adhesión de otras organizaciones,
los 30, los 35 y -como muchos compañeros más jóvenes ya pudieran presenciar- la
realización del acto conjunto por los 40 años de la Masacre de La Plata,
sumando a otras tantas importantes personalidades, como Nora Cortiñas,
Mirta Baravalle y el "Negro" Soarez...
Fue una inclaudicable por la Memoria de los
desaparecidos de la dictadura, una irreconciliable, que puso el cuerpo y el
corazón para crear Memoria y defender a quienes la crearon en cada ronda de los
jueves. Susana Zaldúa acompañó a Nora Cortiñas en cada actividad, en cada
ronda, en cada acto, hasta dejarla cada día en la puerta de su casa, para
protegerla.
Esa fue la Susana que conocí. La que me hicieron
conocer mis camaradas Jorge Guidobono y Liliana Rubiales. La que, en un sentido
muy real, "me defendía", y sabía, como dirigente que era, hacerte
sentir la importancia y el lugar que tenías conquistado.
Mucho más para decir de mi parte. Pero mucho
dolor y tristeza. Solo quería compartir estas sentidas reflexiones con todos
ustedes.
Los mejores recuerdos, todo mi respeto, y el más
sentido abrazo a Nora Zaldua y toda su familia.
HASTA SIEMPRE COMPAÑERA!!! Susana Zaldua